Arrendar inmuebles es un negocio atractivo y rentable. Sin embargo, como cualquier otro, no está exento de inconvenientes. Por eso, es fundamental manejar información precisa sobre las causales de término de contrato de arriendo.
La claridad de los acuerdos establecidos durante un arrendamiento contribuye a una sana convivencia entre propietarios y arrendadores. En este artículo, hablaremos sobre la importancia del contrato de arriendo y algunos de los motivos por los que puede terminar. ¡Síguenos en la lectura para descubrirlo!
La legislación chilena permite arrendar propiedades por medio de acuerdos orales. Sin embargo, es un proceso muy informal y riesgoso. Lo mejor es realizar contratos de arriendo escritos para tener un respaldo de los términos establecidos. Generalmente, estos documentos contienen los siguientes aspectos:
Si vas a arrendar una propiedad, hazlo mediante un contrato. Precisar claramente los términos del acuerdo contribuye a evitar conflictos posteriores.
Existen diferentes maneras de realizar este tipo de documentos legales. A continuación, describimos tres de ellas:
El contrato de arriendo permite demostrar ante los tribunales su incumplimiento. Si no existe, queda abierta la posibilidad de irregularidades o malentendidos. De allí la importancia de redactar un convenio de arriendo escrito y notariado.
La escritura de contratos de arriendo constituye la materialización de un compromiso entre las partes.
La ley 18101 fija las normas especiales respecto al arrendamiento de predios urbanos. Establece que la permanencia de los contratos de arrendamiento está sujeta a su cumplimiento. Con base en esto, hemos enumerado las diferentes causales de término de contrato de arriendo. ¡Démosles un vistazo!
Esta es una forma amigable de concluir el contrato. Tanto el arrendatario como el arrendador no tienen reparo en dar por concluido el acuerdo. Sin embargo, conviene dejar constancia escrita de la finalización del mismo y de temas relativos a deuda o cualquier otro compromiso que exista.
Una vez concluido el lapso establecido para el arriendo, el contrato llega a su fin. En este caso, el arrendatario debe cancelar el monto de la renta y demás gastos acordados hasta que restituya el inmueble al arrendador.
3. Desahucio por necesidad del arrendador:
Este sólo podrá efectuarse judicialmente o mediante una notificación personal efectuada por un notario. Ocurre en los casos en que el plazo de arrendamiento se haya pactado mensualmente o con duración indefinida.
El plazo de desahucio será de dos meses, contados a partir de la fecha de su notificación y, en ningún caso, sobrepasará los seis meses.
En los casos de arrendamiento con plazo fijo superior a un año, el arrendatario puede poner fin al contrato de manera anticipada. No está obligado a pagar la renta por el período que falte.
Esta causal implica el quebrantamiento del acuerdo de arriendo por parte del arrendatario o del arrendador. Permite a cualquiera de las partes involucradas emprender las acciones legales establecidas. Algo que puede ocasionar hasta una indemnización por daños y perjuicios.
Cuando no hay un buen mantenimiento o cuidado de la propiedad, se puede dar por terminado el contrato de arriendo. Algunos ejemplos de daños graves son el deterioro estructural y las construcciones no autorizadas.
Si el contrato establece el uso residencial de la propiedad y el arrendatario utiliza el inmueble con fines comerciales, estaría violando una cláusula del contrato. Esta es una causa para rescindirlo.
La morosidad es una de las causales de término de contrato de arriendo más incómodas y frecuentes que deben enfrentar los administradores de propiedades. Constituye un problema grave porque implica un daño patrimonial que muchas veces desencadena juicios legales.
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El éxito de todo negocio de arrendamiento depende, en gran parte, de la relación entre arrendatarios y arrendadores. Por ello, es importante tener una comunicación efectiva y establecer con claridad los términos de cualquier acuerdo.
Para lograrlo, es necesario elaborar contratos escritos que establezcan las obligaciones y derechos de cada parte involucrada en el arrendamiento. Así, se tiene un respaldo de lo acordado y se evitan tediosas medidas legales.
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